Un enfoque proactivo para el cáncer de próstata localizado es que se especula que la dieta mediterránea es la mejor para combatir el cáncer de próstata. Ya que hace hincapié en los alimentos básicos, como las frutas y el aceite de oliva, que reducen la inflamación, lo que puede reducir las posibilidades de que el cáncer crezca o se propague.

Aumentar la intensidad del ejercicio

El ejercicio es el enfoque proactivo para el cáncer de próstata localizado y una excelente manera de influir en una amplia gama de procesos biológicos; incluidas las vías antiinflamatorias y de insulina que pueden estar relacionadas con un menor riesgo de cáncer de próstata. Esto se ha fortalecido aún más gracias a un estudio de 2018 encontrado en European Urology; que encontró que la actividad vigorosa puede ofrecer el mayor beneficio.

Se analizaron más de 49.000 historias clínicas de hombres de 40 a 75 años que fueron seguidos durante 26 años. Los hombres respondieron preguntas cada dos años que incluían preguntas sobre su dieta, salud y actividad física. Entre los participantes, más de 6400 desarrollaron cáncer de próstata y 888 tenían cáncer de próstata agresivo, cáncer que se propagó o causó la muerte durante el período de estudio.

Los resultados mostraron que los hombres que realizaban actividades vigorosas con mayor frecuencia tenían un riesgo 25 % menor de desarrollar cáncer de próstata agresivo en comparación con los hombres que hacían menos ejercicio.

En promedio, los hombres en la categoría más alta de actividad vigorosa corrían alrededor de 25 minutos por día. Otras actividades comparables a esta, según la duración y la intensidad, incluyen el ciclismo, la natación, el trabajo pesado al aire libre y la práctica de deportes como el tenis o el frontón.

El aumento de la intensidad de la actividad física parece reducir el riesgo de cáncer de próstata al promover el control del peso, pero también podría afectar el cáncer de próstata a nivel celular. El estudio también analizó el impacto que tuvo el ejercicio en una alteración molecular común en los tumores de próstata llamada TMPRSS2:ERG. Una fusión de genes que ocurre en los tumores de aproximadamente la mitad de los pacientes con cáncer de próstata. Los resultados mostraron que la actividad física vigorosa a largo plazo se asoció específicamente con un menor riesgo de desarrollar TMPRSS2:ERG.

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