- El cáncer de próstata es la patología tumoral de mayor frecuencia en la población masculina y la segunda causa de mortalidad en varones.
- Los efectos secundarios habituales en esta cirugía, como la incontinencia urinaria o la impotencia sexual, se reducen notablemente con la cirugía robótica.
Una vez que un paciente ha sido diagnosticado de cáncer de próstata, casi siempre, la indicación médica más adecuada es la prostatectomía radical o extirpación total de la próstata. Sin embargo, desde hace años existen varias opciones quirúrgicas para extirpar la próstata. Tradicionalmente, la única vía posible era la cirugía tradicional abierta, demasiado invasiva, lo que conllevaba tiempos hospitalarios más largos y una recuperación del paciente más lenta. Posteriormente se evolucionó en la técnica por vía laparoscópica, mucho menos invasiva y con unos índices de recuperación del paciente superiores. Actualmente, la Cirugía robótica da Vinci para el cáncer de próstata incorpora las mejores técnicas de la cirugía tradicional y por laparoscopia y las aplica a un método mínimamente invasivo asistido por robot, minimizando los riesgos de la cirugía abierta y superando las ventajas de la laparoscopia.
Gracias a esta técnica se consiguen postoperatorios menos doloroso, menos pérdida de sangre, menos riesgo de infección, cicatrices más pequeñas y una recuperación más rápida del paciente. Por último, pero no por ello menos importante, también se consiguen minimizar notablemente los efectos secundarios de este tipo de procedimientos asociados a la incontinencia y la disfunción eréctil.
En una prostatectomía radical laparoscópica asistida por robot el cirujano realiza varios orificios pequeños (0,5-1 cm) en la piel, a través de los cuales inserta instrumentos especiales para extirpar la próstata que moverá desde el exterior a través guiándose por un sistema de visualización estereoscópica de alta definición. El Dr. David Samadi aplica esta técnica, gracias al robot quirúrgico de última generación Da Vinci XI del que dispone.
Ventajas del robot Da Vinci
Respecto a la cirugía abierta convencional, si bien la intervención dura más o menos el mismo tiempo –entre 2 y 3 horas-, la incisión para la cirugía es mínima, por lo que tanto el postoperatorio y los riesgos de infecciones como las molestias son mucho menores, al evitar las grandes cicatrices, el daño tisular y el sangrado consiguiente.
Y en cuanto a la cirugía laparoscópica, el robot aporta una gran ventaja, y es que permite ver el campo que se está operando en tres dimensiones, al mismo tiempo que los brazos del robot permiten una espectacular maniobrabilidad y precisión en sus movimientos, de forma que, como afirman los propios cirujanos, “al tener mucha más movilidad de ángulo que la muñeca humana, puedes realizar acciones quirúrgicas que tu propia mano no puede llevar a cabo”.
La visualización, precisión, destreza y control otorgados por el sistema quirúrgico da Vinci Xi ofrece las siguientes ventajas con respecto a otros procedimientos:
- Radicalidad oncológica, es decir, extirpación.
- Facilidad de acceso a anatomías complicadas.
- Excelente visualización de los puntos de referencia anatómicos.
- Visualización más detallada de los planos de hendidura.
- Mayor precisión en el procedimiento demolitivo.
- Mayor precisión reconstructiva.
- Posibilidad de configurar la precisión del movimiento quirúrgico (escalas posibles 1,5:1; 2:1; 3:1).
- Eliminación del temblor fisiológico.
- Menor tiempo operatorio respecto a la laparoscopia.
Ventajas para el paciente:
- Pequeñas incisiones con mejores resultados estéticos.
- Menor necesidad de transfusiones.
- Menor dolor postoperatorio.
- Reducción del tiempo de hospitalización, que en muchos casos llega a reducirse incluso a la mitad.
- Vuelta más rápida a las actividades normales.
El sistema robótico ofrece al cirujano más maniobrabilidad y más precisión que la que tenía durante la cirugía abierta o la cirugía laparoscópica convencional.
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